Adiestramiento

Son animales de costumbres nocturnas y por esa razón solo  duermen durante el día. Prefieren salir a pasear al atardecer, anochecer y amanecer, que es cuando se sienten más activos.

Durante los primeros días pueda que se sientan temerosos, que se arrimen a la pared para sentirse protegidos, pero pronto buscan las caricias de los dueños y pierden ese miedo a lo que antes era desconocido para ellos.

Al principio recomiendo que las salidas sean vigiladas, pues nunca se sabe las cosas que les pueda llegar a ocurrir. Se ha de tener mucho cuidado con los cables de la electricidad, ya que les encanta morderlos, y con los paseos por los balcones, pues podríamos saltar al vacío. Y, por supuesto, deben aprender que no todo se puede morder.

No pueden ser entrenados como los perros. Entienden las cosas, pero les  gusta demasiado obedecer. Entrenarlos puede llevar meses y requiere paciencia, sobretodo en épocas de celo. Jamás abuses físicamente de un conejo si no te obedece, pues te considerará su enemigo y no se le olvidará el castigo físico. Pegar a un conejo no es solamente peligroso para él (recuerda que tienen un esqueleto muy frágil), sino que también es inútil; se puede incluso volver agresivo y vengativo. La manera ideal para enseñarles cuál es el comportamiento aceptable y cual no es a base de refuerzos positivos y negativos suaves (como por ejemplo echándole un chorro de agua  con un vaporizador  y decirle ¡NO! firmemente cuando el conejo es desobediente). El refuerzo positivo viene dado mediante la celebración por todo lo alto cuando haga algo bien y premiarlos con caricias, palabras cariñosas o con algún tipo de apapacho.